Me enfrento a un divorcio. ¿Qué debo saber?
Uno de los casos más comunes de derecho civil que recibimos en nuestro despacho de abogados son los procesos de divorcios. Te ofrecemos una pequeña guía sobre qué hacer cuando te enfrentes a una separación
A veces puede parecer que es una frase hecha que escuchamos cada año. Pero es una realidad. Los divorcios se disparan después de las vacaciones de verano. El diario ABC recoge este mes que España es el segundo país de la Unión Europea con mayor tasa de rupturas. El final de los matrimonios en septiembre suele estar relacionado con una época relajada que nos obliga a afrontar la realidad de la vida cotidiana y pone a prueba nuestra capacidad de resolver los conflictos guardados durante meses o años.
Si bien las cifras de divorcios anuales descienden progresivamente, bajando los números de 2006 en casi 20.000 casos; es cierto que también han decaído los datos de matrimonios en los últimos años. En España se confirmaron en torno a 170.000 matrimonios en 2016 y tuvo números similares en 2017. Estas cifras bajan cada año desde los más de 200.000 matrimonios que se oficiaron en 2007. Si sumamos las nulidades, separaciones y divorcios, las Comunidades Autónomas de Cataluña y Comunidad Valenciana están a la cabeza en materia de disoluciones matrimoniales. 2,5 personas de cada 1.000 se separan en sus provincias. Les siguen las Islas Canarias, con 2,4; Asturias, con 2,3 y, con 2,2 personas por cada mil, las Islas Baleares. La ciudad de Ceuta está a la cabeza de la estadística nacional con 2,7 disoluciones por cada 1.000 habitantes. Extremadura y Castilla y León son las dos Comunidades con números mas bajos.
Tipos de procesos para divorciarse
No todos los divorcios se desarrollan de la misma forma. Existen dos tipos de litigios, los contenciosos y los de mutuo acuerdo. Cuando la pareja está dispuesta a llegar a un acuerdo, acuden al mismo abogado para firmar un convenio regulador que expone los pactos alcanzados con respecto a la ruptura. El abogado que recibe el caso se encargará de redactar la demanda de divorcio que será ratificada en el juzgado. En caso de existir hijos en la relación, se debe examinar cualquier cláusula perjudicial para los niños. Tras ratificar la demanda, se dicta sentencia.
Un proceso contencioso es mucho más complicado. El esposo o esposa deberá acudir a un abogado con una serie de documentos y pretensiones para redactar la demanda unilateral. Una vez transmitida al juzgado, el otro cónyuge deberá recibir una copia y deberá acudir con su propio abogado y procurador a responder a la demanda antes de fijar la fecha del juicio. Tras ese juicio, se dictará sentencia. Un divorcio amistoso implica un ahorro económico. Los precios de acudir a juicio se podrían disparar según lo que el juicio se alargue en el tiempo y las apelaciones que se realicen.
A la hora de atender un divorcio, debemos conocer que el 10% de los casos de España son de alta conflictividad, es decir, con disputas entre las parejas que requieren servicio de protección de menores, mediación, consulta de expertos y que conllevan sentimientos de ruptura para todos los afectados. Estos litigios suelen implicar a 100.000 menores cada año. El Instituto Nacional de Estadística indica que, en caso de separación, la custodia de los hijos suele ser dada a la madre en un 66,2% de los casos. Solo se llega a una custodia compartida en el 5% de los casos.
Documentación y tiempo de litigio
La mayor diferencia entre un proceso de mutuo acuerdo y un proceso contencioso es, más allá de los precios del segundo caso, la duración del litigio. A la hora de gestionar el caso con un único bufete que gestione separación de ambos cónyuges, nos encontramos con una extensión de menos de 3 meses en el 67,1% de los casos. Como cada caso no es igual que otro, en algunas ocasiones se podrá llegar hasta los 11 meses. Solo en el 2,7% de los procesos de mutuo acuerdo se supera el año.
Si ambos conyugues se enfrentan a una causa contenciosa, solo el 5,5% de los casos duran menos de 3 meses. Un cuarto de los casos duran entre 3 y 5 meses y el 43,1 por ciento puede llegar al año. Sin embargo, algo más de un cuarto de los casos durarán más de 12 meses, especialmente aquellos que requieran apelaciones constantes por parte de alguno de los dos afectados.
La documentación a llevar a tu jurista antes de comenzar con el proceso, sea cual sea el tipo de caso, se utilizará para formular el caso y serán requeridos por el juzgado. Por lo general, una disolución matrimonial necesitará la aportación de nominas, contratos y documentos de índole laboral por parte de ambos cónyuges. También se necesitará la propiedad y el registro de la vivienda o cualquier documento que atesore los inmuebles de la pareja. Finalmente, si hay algún procedimiento bancario o facturas pertinentes a los hijos de la relación, sería recomendable incluirlos en el dossier del caso.
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